El tribunal, en base a razones genéricas, ha resuelto negativamente la petición de traslado de Gorka Fraile, preso político gravemente enfermo y encarcelado en la prisión de Badajoz, a una cárcel cercana a su domicilio familiar.

 

ETXERAT. Familiares del preso político vasco Gorka Fraile, han comunicado a Etxerat la resolución de la AudienciaNacional denegando su traslado a una cárcel cercana a su domicilio familiar.

Gorka Fraile realizó la solicitud de traslado cuando le fue diagnosticado un cáncer de lengua, en marzo de 2015. La petición fue denegada tanto por Instituciones Penitenciarias, como por el Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria. La Audiencia Nacional ha desestimado ahora el recurso de Apelación interpuesto por los abogados del preso vasco. El tribunal utiliza el mismo modelo de Auto que ya utilizó para denegar peticiones anteriores de otros presos políticos vascos, sin variación sustancial que demuestre una resolución individualizada.

En cuanto a la asistencia médica, la Audiencia Nacional se remite a la intervención quirúrgica realizada en el hospital de Badajoz, y a las revisiones programadas, para resolver que no se vulnera su derecho a la salud. Etxerat quiere recordar que sus familiares denunciaron el trato recibido por parte de la policía que le custodiaba durante su hospitalización: le mantuvieron esposado todo el tiempo y durante la noche se obstaculizaron su descanso con ruidos, voces, amenazas y golpes en la pared. Por último, la policía entró y se mantuvo en el quirófano durante el curso de la intervención. Recientemente, sus familiares han denunciado también el trato denigrante al que fue sometido Gorka Fraile por parte del personal médico del hospital de Badajoz.

El magistrado Sáez Valcárcel vuelve a poner el acento en el recluso como sujeto de derechos, en el derecho a cumplir la pena de prisión en una prisión cercana al domicilio familiar, en la falta de cobertura legal del alejamiento y para emitir su voto particular en discrepancia con el resto de los magistrados.

Etxerat quiere destacar que una vez más se ha demostrado que, al tiempo que se exige a las presas y presos políticos vascos peticiones y actitudes individualizadas, se les somete de manera sistemática y global, a una política penitenciaria de excepción vulneradora de derechos.