ETXERAT (12-VIII-2020). Familiares de presas y presos políticos vascos han hecho llegar a Etxerat su preocupación por la situación derivada de las medidas que se están tomando en las prisiones a raíz de los recientes rebrotes de COVID-19.

Como ya ocurriera durante el confinamiento general, las únicas medidas adoptadas son las de corte puramente restrictivo, como la supresión de comunicaciones vis a vis o, en su defecto, el confinamiento estricto de las presas y presos que hayan tenido contacto con sus familiares. El confinamiento, en absoluto comparable con el confinamiento en el exterior, puede llevar a la supresión de otras comunicaciones, como visitas o llamadas y someten a las personas encarceladas a riguroso aislamiento y exclusión.

Estas medidas afectan directa, negativa y gravemente a las relaciones familiares porque las comunicaciones, sumamente limitadas desde el inicio de la pandemia, no han llegado regularizarse cuando ya se imponen nuevas restricciones. Son los casos, hasta el momento, de las prisiones de Jaén, Curtis (A Coruña), A Lama (Pontevedra) y Brieva (Ávila). Pero el temor de los familiares y allegados de presas y presos vascos, es que, lejos de ser circunstancial, esta situación vaya a generalizarse en las próximas semanas por los anunciados rebrotes de la pandemia en otoño. La desinformación, la inseguridad, el peso de medio año de inseguridad y limitadas comunicaciones, el temor a largos meses sin visitas, y la angustia que imprimen la distancia y el alejamiento, han aumentado el castigo añadido y el sufrimiento de las familias de presas y presos políticos vascos.

Mientras a la población en general y desde todos los estamentos se nos exige responsabilidad ante la pandemia, las autoridades penitenciarias han evitado asumir la que tienen con las personas encarceladas, actuando únicamente en detrimento de sus derechos y los de sus familiares. Es hora ya de que asuman, sin evasivas y de manera urgente esa responsabilidad. Por encima de todo, el respeto a los derechos, a la salud, y a la vida. Presas y presos deben ser trasladados a las cárceles de sus lugares de origen o de aquellos con los que tengan vinculación. Presas y presos vascos, a Euskal Herria. Se debe priorizar sobre cualquier otra circunstancia, el derecho a la salud y a la vida de aquellas personas encarceladas que, por edad o enfermedad, responden a los grupos de mayor riesgo ante el Covid: excarcelación inmediata de los presos gravemente enfermos y de los mayores de 65 años.

Ante las continuas alusiones al cumplimiento de la legalidad por parte del gobierno español, Etxerat quiere recordar que, de cumplirse con esta legalidad, 80 presas y presos vascos que siguen encarcelados, estarían ya en libertad condicional. La excarcelación de las presas y presos que, por su situación regimental, podrían estar en libertad debe ser también inmediata.

Etxerat subraya que estas medidas son las que organismos internacionales recomendaron que se adoptaran con urgencia al inicio de la pandemia. Desde entonces más de 70 organismos del ámbito de prisiones y derechos humanos del Estado español, entre ellos Etxerat, siguen trabajando ininterrumpidamente por su aplicación.

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