ETXERAT (1-8-2021). No se vislumbra hasta el momento voluntad política, tanto en cuanto al Estado español como al francés, para abordar la desactivación de su manera de hacer, dejar definitivamente de lado las inercias del pasado y tomar de una vez la decisión que ponga fin a las medidas de excepción que impiden el camino que deben recorrer nuestros familiares presos y presas para vivir en libertad.

En este contexto, también este años, de nuevo, nos movilizamos en un total de diecisiete playas de Euskal Herria, bajo el lema "¡Stop a la política de excepción! Etxera!"

Es cierto que en las prisiones andaluzas no hay ya presos vascos, sí, en cambio, aún en en París. Todavía quedan 147 presos vascos en cárceles de la periferia de Euskal Herria, tanto en el Estado español como en el francés. Mientras, en las cárceles de la CAV y Navarra hay módulos vacíos.

Los 19 presos que padecen enfermedades graves e incurables deben ser puestos en libertad inmediatamente. Además, hay 9 presos mayores de 70 años, entre ellos. Joseba Arregi, que tiene 75 años y va a cumplir ya 30 en prisión. Todos deben salir a la calle de inmediato.

Junto a ello, hay que facilitar el regreso de 33 los exiliados y 8 deportados políticos.

A más de 50 presos vascos en el Estado español no se les ha computado el tiempo de condena en Francia.

Este año, el número de presos que han cumplido las tres cuartas partes de su condena será de 60 y tienen derecho a abandonar ya la cárcel.

Por otro lado, se necesitan mecanismos de revisión de penas para los 60 presos condenados en España con la ley 7/2003 (cadena perpetua encuboerta). A ellos se sumarán los que se entreguen desde Francia.

En el Estado francés, Jon Parot y Jakes Esnal, de 70 años de edad, siguen presos tras 31 años. Tras aprobar la condicional de Xistor Haranburu, que lleva el mismo tiempo de condena, el Gobierno francés ha decidido mantener encerrados a estos dos presos, despreciando las reivindicaciones de la mayoría política y social de Ipar Euskal Herria.

Ante la aplicación de la pena de muerte que encierra la manera de actuar del Estado, denunciamos la política de venganza contra nuestros familiares. Jon y Jakes, al igual que Xistor, deben estar en casa con sus familiares!

Volvemos a ser muchos los que hoy, de nuevo, nos movilizamos en las playas. Han sido necesarias más de tres décadas para poner fin al alejamiento sistemático y generalizado de los presos, y otras tantas para que les sea devuelto el régimen ordinario. No podemos esperar otras tres décadas para superar nuevos obstáculos y prohibiciones. No podemos seguir siendo víctimas de la prolongación del sufrimiento y no se puede condenar a la sociedad vasca a retrasar indefinidamente la construcción de la convivencia.

¡Stop política de excepción! ¡Los queremos y los necesitamos en casa y vivos!

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