- Etxerat subraya que el único trasladado que el estado de salud de Iparragirre admite es el que lo lleve, de nuevo, a Ondarru, a casa

- El preso político gravemente enfermo Aitzol Gogortza ha recibido el alta hospitalaria del Hospital de Basurto tras cinco días ingresado

 

- Ibon Iparragirre padece SIDA en estadio 3, es decir, su situación es extremadamente grave. Esto le ha provocado una situación neurológica muy perjudicial que le impide relacionarse con normalidad con su entorno lo que tiene consecuencias muy negativas en su día a día.

- Dada su situación, extrema, no se entiende el cambio de prisión. El cambio sólo le puede afectar negativamente tanto neurológica cómo psicológicamente ya que impide cualquier posible estabilidad.

- Iparragirre se encontraba en la enfermería de la prisión de Navalcarnero. De repente, sin que su salud revista ninguna mejoría, es trasladado sin alegar ninguna razón para el cambio.

- El traslado, sin previo aviso y ninguna justificación, repercute muy negativamente no sólo en Ibon sino también en su entorno y en el seguimiento que los distintos profesionales están realizando. Es decir, complica y mucho las visitas o labor de los psicólogos y los médicos.

- El único cambio que repercutiría positivamente en el estado de Iparragirre sería la vuelta a la situación anterior. Que Ibon Iparragirre recuperase la libertad completa –como su estado de salud lo exige- o que, al menos, volviera a la situación de prisión atenuada en la que se encontraba dado su grave estado de salud.

- La cárcel sólo ha empeorado su estado y no está preparada para atender un caso como el suyo. Ibon Iparragirre tiene derecho a ser liberado.