ETXERAT (2-8-2022). Nos movilizamos un verano más en las playas y lo hacemos porque continúa siendo necesaria la activación de la sociedad vasca para que se ponga fin, definitivamente, a las medidas de excepción contra los presos y presas que aún mantienen activas los estados español y francés.

Han sido más de tres décadas de régimen extraordinario, aislamiento, de alejamiento sistemático y generalizado de las y los presos, excepcionalidad de la que también hemos sido víctimas los familiares; sufrimiento, un ingente gasto económico, accidentes con cientos de personas heridas y 16 personas muertas en las carreteas de la dispersión.

La situación ha mejorado ostensiblemente, un total de 110 presos y presas del total de 180 se encuentran en prisiones vascas y, aunque en número muy inferior al que debiera, se están produciendo progresiones a tercer grado. Es urgente, sin embargo, acabar con esta situación. 17 presos que padecen enfermedades graves e incurables deben ser puestos en libertad inmediata, al igual que los 7 presos y presas vascas con más de 70 años de edad y los otros 10 que superan los 65. Jakes Esnal, Ion Kepa Parot y Unai Parot llevan más de 32 años en prisión. Es asimismo tiempo de facilitar de una vez la vuelta de los 24 exiliados y 8 deportados políticos.

No podemos esperar otras tres décadas para superar bloqueos y conculcaciones de derechos. No se puede condenar a la sociedad vasca a retrasar indefinidamente la construcción de la convivencia. No estamos hablando de beneficios. Son derechos aplazados sine die y esto es algo que la sociedad vasca no se puede permitir.

En la actualidad todavía 53 presos y presas se encuentran fuera de Euskal Herria en cárceles periféricas y otras prisiones españolas todavía lejanas, y otros 17 presos y presas continúan en cárceles francesas. Si se les aplicara la legalidad ordinaria, 151 presos deberían estar saliendo de permiso, pero solo lo hacen 6 y 122 deberían estar en tercer grado, pero lo están 27.

Que la movilización en las playas vascas y las siguientes que Sare ha convocado en las capitales durante agosto sean las últimas. Poque eso querrá decir que se habrá puesto fin a la excepcionalidad, que las presas y exiliados estarán en Euskal Herria y en casa, y que, por lo tanto, nos adentraremos de verdad en ese nuevo ciclo de resolución y convivencia.

Stop a la política penitenciaria de excepción.

Etxean eta bizirik nahi ditugu!